Después de varios días de haber comenzado el viaje, y de muchas cosas vividas, casi de casualidad, me encuentro escribiendo en mi cuaderno de anotaciones mientras gordura duerme plácidamente. Son las 22.44 hs y estoy en el parque de un hostel, que no solo es propicio, sino que me inspiró a escribir como ningún otro lugar lo había hecho. Realmente es un lugar espectacular, mágico, o por lo menos yo en este momento lo siento así, hasta me siento un verdadero escritor...
8 de Marzo
Voy a intentar describirles el lugar para transportarlos al
mismo, y sientan esta paz que estoy sintiendo. Estoy sentado en una silla de
madera, de esas que se mecen, que se hamacan. Al lado mío una luz muy tenue, de
dos velas empotradas en una farol antiguo apoyado en un tronco de árbol cortado
a mediana estatura. El piso es de ladrillos, estilo colonial. Los árboles se
alzan desde canteros y de varias partes del lugar. Hay mesas antiguas, todas
iluminadas por pequeñas velas, y un cordel de luces, más decorativo que
iluminativo, atraviesa el lugar de punta a punta recordándome una kermesse.
Genera un ambiente ideal para los grupos de personas que se reúnen a charlar y
a beber algo, como diríamos “la previa” para luego salir a divertirse a algún
club, que es lo que la gente viene a hacer a South Beach, o como más comúnmente
se lo conoce “Miami Beach”. También está el sector de la pileta, que se
encuentra rodeada de hermosas reposeras para disfrutar de día o de noche.
Aquí todos se visten de una manera excelente y súper
elegante para sus salidas, las mujeres usan cortos vestidos y tacos de punta
bien pronunciados, los hombres camisa y, en algunos casos, hasta se los ve con
saco.
Está comenzando el Spring Break por lo que la ciudad se fue
poblando de jóvenes que vienen a divertirse, emborracharse y salir de fiesta.
Todos los hostels y hoteles están llenos, por lo que pasaron a costar el doble
y en algunos casos hasta el triple.
Amanecer en Miami Beach |
Definitivamente no es una ciudad para mochileros: no sólo
porque realmente es muy caro todo acá, sino porque la ropa que llevamos en
nuestra mochila, no concuerda para nada con la ropa que se usa en el lugar.
Para contarles un poco de la ciudad, desde mi perspectiva,
lo primero que me sorprendió fue ver a mucha gente de color, cada uno con una
onda diferente, pero todos con su estilo personal. Me sorprendió no encontrar
kioscos como en Argentina, acá para comprar una gaseosa o cualquier cosita
pequeña, tenés que ir a un supermercado o alguna tienda. Impacta ver tantos
autos de alta gama por la calle, abundan los Camaro, los Audis, los BMW, muchos
de ellos descapotables. Con decirles que en un solo día con gordura contamos 8
Ferraris, creo que les da un panorama de lo que les estoy hablando.
La temperatura se expresa en grados Farenheit, por lo que es
muy loco escuchar que hizo 46 grados y fue la temperatura más baja del año en
Miami.
No hace falta viajar o ir a algún lugar específico para ver palmeras,
porque se encuentran por todos lados. Los colectivos locales cuestan U$s 2,
pero ninguno da cambio, por lo que tenés que tener la plata justa para pagar,
porque sino salís perdiendo. En la trompa tienen como una abrazadera para
llevar las bicis de los pasajeros que así lo deseen, y todos cuentan con un
cordel que atraviesa todo el bus para poder jalarlo y solicitar tu parada sin
tener que pararte, de hecho se espera hasta que el bus se detenga para recién
pararse e ir hasta la puerta para descender. No son comunes las discusiones o
los bocinazos por el tema del tráfico, como estamos nosotros acostumbrados a
escuchar, e incluso como peatón, siempre que te ven esperando para cruzar, te
dejan pasar aún sin tu semáforo correspondiente.
En Miami Beach se puede prescindir de tener auto, pero si
querés ir al Downtown o a conocer otros barrios, la cosa ya se complica un poco
más. En el Downtown existe el MetroMover, que es como un monorriel de un solo
vagón, o dos vagones máximo, que se maneja sólo, sin chofer, y te lleva gratis
por todo el microcentro, y combina con el MetroRail que va más a las afueras de
la ciudad. Se vende un pase que podés usar todo el día y para todos los
transportes que tomes por U$s 5, por lo cuál si vas a tomar un par de buses o
el MetroRail ya te conviene.
Recorriendo el barrio Little Havana |
Las playas en Miami son muy bonitas, pero la principal
atracción, por lo menos en esta época de Spring Break, son los clubes nocturnos
(o “boliches”, como le decimos en Argentina) y bares para salir a cenar y tomar
tragos en enormes copas.
Un día fuimos para los cayos, principalmente a Key West, y
es un lugar muy bonito, donde también está lleno de gente y es súper turístico.
Los bares al mediodía ya se encuentran
repletos de gente, como si fuera de noche, la gente camina por las calles
recorriendo los negocios que se encuentran unos pegados a los otros, todos de
estructuras de madera, dándole una vista única, y representando la ciudad de
pescadores que fue. También se puede visitar el faro, ver el museo con
antigüedades relacionadas a la pesca, ir a visitar la casa del escritor
Heminway o ir a la playa, pero la mayoría de la gente contrata la excursión en
barco para ir a bucear o hacer snórkel en la barrera de corales, que dicen que
es la tercera más grande del mundo.
Se encuentra a 3 hs y media manejando desde Miami, pero es
un paseo muy recomendable para hacer.
Así son las porciones de pizza en Miami |
Como último voy a contarles la primer ”anécdota” del viaje:
en los hostels de Miami no es tan fácil cocinar porque casi ninguno posee
cocina, por lo que es otro de los motivos que se incrementa el presupuesto
necesario para vivir, así que los sánguches fueron nuestro menú más cotidiano.
Uno de esos días nos ofrecen ir a una charla de un tiempo compartido, y como
recompensa nos prometían una cena gratis en un restaurante. Gordura sin dudarlo
aceptó la propuesta, yo, como bien argentino, dudé mucho más, buscando donde
estaría ”el gato encerrado”, pero finalmente accedí. Vestidos todavía con la
ropa de playa, nos llevaron a un hermoso Resort en Norht Beach, como a una hora
de viaje en camioneta, sin saber bien que íbamos a hacer y escuchar, pero con
la sola premisa de una cena gratis. Tuvimos que saltear varios obstáculos
rechazando toda propuesta de diferentes personas que nos querían vender una
propiedad en Miami, para finalmente regresar a Miami Beach después de 3 hs con
nuestra “gift card” para obtener nuestra cena gratis como victoria de batalla.
Al ver que se cumplió lo prometido, no dudamos en acceder a otra charla de
estas por el regalo de U$s80 en efectivo, que nos ayudó a acomodar un poco
nuestra economía.
En la playa en Miami Beach |
En la próxima entrada les contaremos de nuestros escasos,
pero espectaculares días en Orlando. Saludos para todos y gracias por los
reclamos de actualización del blog, jajaja.
Buenísimo nene!!!!!!!!!!!la descripción GENIAL. Adelante y cuidá a Giorgi.
ResponderEliminarQué buenooo chicos!!!!! muy bueno el relato!!!! me encanta!!!!!! Los quieroo!! =)
ResponderEliminarDespués de tanto subimos la primer tanda de fotos, las de Miami...A disfrutar!!!!
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/media/set/?set=a.4799419860544.1073741829.1147440208&type=1
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